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Perfección

Las principales palabras en el Nuevo Testamento que se relacionan con la perfección humana, tienen que ver en su traducción de los originales, con un sentido más amplio como Pleno, Completo, Perfecto y Maduro. Atención con esta última acepción porque quizás es la que se constituye como clave. El Señor Jesús, – ¡Qué duda cabe! -, fue el único nacido de mujer que siempre se comportó moralmente perfecto, sin pecado, pero sin embargo en las Escrituras se nos dice que Él fue perfeccionado, por ejemplo, como autor de la salvación, lo que se convierte en una especie de contra tipología de Josué, caudillo en los propósitos de Dios. Que quede claro: para Dios, no es lo mismo un hombre perfecto que un líder valiente. A lo segundo lo valorará como el buen Comandante General de este, Su ejército, pero al primero sencillamente lo convertirá en el Sumo Sacerdote que hizo de Cristo.

Lo que quiero decir es que, si, aunque era el Hijo, con todo ese causal tan singular, aprendió obediencia por causa de sus padecimientos. Y esto es más que importante, porque no son pocos los que todavía piensan que la obediencia es una especie de golosina que viene en un envase bonito y se adquiere en regalerías o en los kioscos del hall de los templos.  Dice la Palabra que, habiendo sido perfeccionado, esto es madurado, después de haberse llevado a cabo la obra de redención, vino a ser autor de la salvación eterna y sumo sacerdote según el orden de Melquisedec. Los discípulos fueron exhortados a ser perfectos (maduros) como su Padre en los cielos es perfecto, porque Él da sus bendiciones a buenos y malos. Mediante una ofrenda Cristo ha perfeccionado para siempre a los santificados. Ser bueno no te garantiza cielo. La única garantía sigue siendo aceptar, creer y convertir en Señor a Jesucristo.

Su obra se consagra al sacerdocio. El ser perfecto es aplicado también para llegar a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, que es la estatura del varón perfecto. Muchos se deprimen porque no pueden verlo en sus vidas ni avanzar en su dirección, pero si entendieran que se está hablando de madurez espiritual y no de una perfección humana sin errores, las cosas se verían diferentes. Los espíritus de los justos son hechos perfectos, Pablo no había sido aún perfeccionado, pero, sin embargo, en el verso 15 de Filipenses 3, dice que Así que todos los que somos perfectos, (Maduros), esto mismo sintamos. Aquí vemos que la madurez es la única vía que nos posibilita ser de un mismo sentir, hablar todos con la misma voz y estar en real unidad. Los inmaduros jamás lo conseguirán.

En cuanto a esa expresión Consolaos, que tantas veces hemos leído en nuestras biblias, no es mucho lo que podemos agregar. El hecho de que el Espíritu Santo mismo sea llamado como El Consolador, (Parakletos), implica que lo que el apóstol Pablo les demanda a sus discípulos, es que se apoyen en el poder del Espíritu. Cabe añadir que, si no lo hacemos así, nos resultaría poco menos que imposible llegar a tener todos, una misma voz. Finalmente, les recomienda encarecidamente que deben vivir en paz. ¿Qué significa esto? No es precisamente lo más sencillo de pedirle a este hombre, de esta tierra y en este tiempo. Sin embargo, debemos repasar el contenido de esta palabra a través de los tiempos y quizás encontremos otros puntos de los cuales podamos tomar lección práctica.

Hay una afirmación que aparece con suma frecuencia en la Biblia y es la que consigna que Dios es un Dios de paz. Por el contrario, en el mundo secular ruge la guerra: entre Satanás y el hombre, entre las razas, las naciones, los individuos y en el corazón de cada individuo. El individuo está perturbado por todo lo que ello comporta en inseguridad, angustia, insatisfacción. Ello se debe a la revuelta cósmica de ángeles y hombres caídos contra el diseño de Dios; todos ellos han venido a ser “gentes rebeldes”, “hijos de desobediencia”. La realidad es que también ellos sufren en su estado, y desean ardientemente gozar de la paz, aunque dentro de su desobediencia. Es decididamente patético contemplar los esfuerzos desesperados de las naciones para alejar de sí los peligros de la guerra y de la destrucción atómica, sin que se manifieste un movimiento sincero de arrepentimiento y de fe. Para Tomar clara Conciencia: LA CARNE JAMÁS SERÁ PERFECTA

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junio 7, 2024 Néstor Martínez